Una de las noticias más fuertes del sector de las telecomunicaciones en el año 2010 fue la compra de las acciones que a Telefónica le faltaban en Vivo, la empresa de telefonía móvil más grande de Brasil. Esa transacción motivó un nuevo cambio en la estructura organizacional de la compañía, especialmente en América latina. La reorganización anterior se había dado cuatro años antes, tras la adquisición de la operación de BellSouth en la región. En esta oportunidad, el cambio que introdujo la compañía en este continente, apuntó a contar con un equipo de ejecutivos de fuerte perfil financiero.
En el artículo que sigue a continuación, publicado en Telemática, de Grupo Convergencia, del mes de septiembre de 2010 se analiza la reorganización de la compañía.
Una reestructuración de perfil financiero que recuerda a la época del Primer Virreinato
Las dos grandes adquisiciones de compañías que realizó Telefónica en América latina en los últimos cinco años implicaron, una vez aprobadas las operaciones por los organismos regulatorios pertinentes, cambios significativos en la organización. Una de las grandes reestructuraciones se produjo en el año 2006, tras la compra de las operaciones de BellSouth en la región. Ahora, con la adquisición, aprobación y toma de control de Vivo en Brasil, la compañía volvió a introducir cambios en su organigrama, que en esta oportunidad recuerda a la división de los primeros virreinatos que España estableció en la región.
Los tres nuevos bloques en que quedó conformada América latina responderán a ejecutivos de fuerte perfil financiero, con experiencia en el manejo de subsidiarias en las que han debido llevar adelante nuevos procesos de negocios.
Brasil se manejará como una única unidad. Además de ampliar su tamaño como principal operador de telefonía móvil del país, esta filial aporta casi la mitad de los ingresos de la región: 4.877 millones de euros sobre un total de más de 12.000 millones de euros, de acuerdo a los resultados del primer semestre de 2010. Un regulador exigente, un competidor como América Móvil que no se da por vencido en este mercado, y la posibilidad de continuar explorando negocios obligan a la empresa a considerarla como una operación estrella sobre la que no hay que perder pisada. Un español, Luis Miguel Gilpérez López, estará a cargo de la presidencia ejecutiva de la compañía mientras que António Carlos Valente, que comandaba la operación hasta ahora, continuará en su cargo pero en un rol más institucional. Es decir, el negocio será seguido puntillosamente desde España. Gilpérez es ingeniero industrial y posee un posgrado en administración de negocios. En los últimos años desarrolló una amplia experiencia en empresas de telefonía móvil, como Brasilcel, TCP, Celular CRT, entre otras.
Luego, la Argentina, Uruguay, Chile, Ecuador, Perú y Colombia, quedaron bajo una misma zona, no identificada con un nombre en particular, pero que recuerda al Virreinato del Perú. Estará a cargo de Eduardo Caride, hasta ahora, presidente ejecutivo de Telefónica de Argentina. Que estos países hayan quedado bajo una misma mirada no es casual: en ellos se están produciendo cambios producto de nuevas leyes de telecomunicaciones y/o de medios que tocan de manera tangencial o directa los negocios en los que quiere avanzar la compañía, amén de llamados a licitaciones de frecuencias y prestación de servicios de banda ancha en zonas rurales sobre los que Telefónica tiene interés. Que Caride haya quedado al frente de esta zona no es casual: viene de comandar la operación argentina, la segunda en importancia en la región a nivel de ingresos, pues le aportó en la primera mitad del año 1.442 millones de euros. De fuerte perfil financiero, conoce bien los climas de negocios que se perfilan a partir de los particulares contextos políticos que se dan en cada país y por esa razón ahora estará atento a las oportunidades que se vayan presentando en cada uno de ellos. En este marco no hay que olvidar que Chile ya cuenta con la primera operación de telefonía fija y móvil integrada y que se buscará ir llevando esa experiencia al resto de los países que integran esta zona en la medida en que las regulaciones lo permitan. Así como a finales del siglo XVI, el oro y la plata del virreinato del Perú salía hacia las arcas españolas, ahora los ingresos de Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Colombia, y Ecuador, que en el primer semestre del año totalizaron 4.336 millones de euros –casi lo mismo que Brasil- serán tutelados con recelo desde el sur.
El ascenso de Caride provocó que la filial argentina vuelva, después de ocho años de estar en poder de ejecutivos argentinos, a manos de un español. El último europeo en esta subsidiaria fue Carlos Fernández Prida, a quien le sucedieron Mario Vázquez y luego, el propio Caride. Ahora, Luis Blasco Bosqued, tomará el control luego de haber sido sólo un consejero de esta unidad. Su experiencia se forjó principalmente en la casa matriz y en el mundo de los medios, además de poseer también perfil financiero. Fue presidente de Radio 80, de Antena 3 Televisión, y de Figuerola Ferreti de Publicidad, además de haber sido consejero delegado de Radio España y vicepresidente de la corporación Admira Media hasta 2003. Todo indica que su elección al frente de la filial argentina se deba a la necesidad de seguir con atención lo que suceda con el conflicto entre el Gobierno y el Grupo Clarín, que podría abrirle la puerta a futuros nuevos negocios, especialmente en lo referido a transporte de contenidos audiovisuales. N. de la R.: el primer servicio lanzado en su gestión fue On Video, una especie de video club on line exclusivo por ahora para los clientes de Speedy.
Finalmente, queda el bloque integrado por México, Venezuela y Centroamérica, similar al que por 1520 integró el Virreinato de Nueva España. En esta zona Telefónica solo posee redes de telefonía móvil o inalámbrica. Tal vez por un conjuro de los indígenas sometidos en aquella oportunidad (la maldición de Moctezuma), podría decirse que se trata del bloque donde Telefónica encuentra más obstáculos para llevar adelante sus negocios: los ingresos de las tres operaciones suman algo más de 2.385 millones de euros.
Jaime Smith tendrá la tarea de sacar adelante a este grupo, más allá de sus contextos particulares. En México, Telefónica sufre al “dueño de casa”, América Móvil, aunque va armando su negocio de la mano de la telefonía celular. En Venezuela, donde opera con la marca Movistar, la compañía no puede repatriar US$1800 millones de dólares generados por la operación en los últimos años -la tercera en importancia a nivel de ingresos, con 1.180 millones de euros facturados en el primer semestre de 2010-. Tampoco puede hacerse de las divisas necesarias para encarar inversiones de envergadura, pagar los servicios internacionales o, inclusive, importar terminales a escala. Es la razón por la que, desde hace un mes, los clientes de Movistar Venezuela no poseen el servicio de roaming en 13 países. El desafío de esta operación y del bloque en general pasa por recrear el negocio aún en los contextos que, para estas compañías, son considerados adversos.
De perfil financiero, pues antes de ingresar a Telefónica se desempeñó como director de Renta Variable Global en la división de gestión de fondos de Banesto, Smith es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Comercial Deusto y MBA en Finanzas e Inversión. Tuvo a su cargo la transformación e integración de los negocios de telefonía fija y móvil de Telefónica O2 de la República Checa
| BLOQUE | LINEAS MÓVILES | LINEAS FIJAS | DATOS E INTERNET | TV PAGA | INGRESOS (euros) |
| BRASIL | 55,9 M | 11,2 M | 3,6 M | 469.000 | 4.877 M |
| ARG/CHI/PE/Col/EC/U | 51,3 M | 11,2 M | 3,5 M | 171.000 | 4.336 M |
| MEX/VEN/CENTROAM | 34,5 M | 1,6 M | 12.000 | 64.000 | 2.385 M |
Datos obtenidos en base al balance del primer semestre de 2010.
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