Cuando, hace algunos años ya, comencé a trabajar de manera efectiva en el diario UNO de Mendoza, recién estrenadito, los editores de ese entonces me explicaban que una manera de saber si el diario se leía era cuando comenzaba a advertir su presencia en el colectivo, leído por los eventuales pasajeros. Y, efectivamente, con el tiempo, comprobé que la tirada del diario aumentaba a medida que más se veía en la calle, en las mesas de café, en los organismos públicos, en el mismo colectivo. Esa misma receta fui aplicando a otros productos que, luego, fueron llamando mi atención: observé ese mismo proceso de masificación con los teléfonos móviles más baratos al principio, y ahora, con los más sofisticados.
Pero ahora debo agregar uno más: la notebook o la netbook y la banda ancha móvil. Ya no sorprende a nadie ver a alguna persona en un café con alguno de estos equipos. Mucho menos, porque varios de estos espacios públicos se promocionan con el cartelito Zona WiFi o WiFi a secas. Pero sí debo reconocer que ver a una persona en un colectivo con una compu portátil en uso me sorprendió. Su dueño, un señor de unos 50 cortos, sentado en el último asiento del 87 (Chacarita-Tigre-San Isidro-Fábrica Ford) contestaba preguntas de potenciales compradores en MercadoLibre mientras viajaba, y podía hacerlo gracias al módem 3G de Movistar.
La verdad es que la situación me sorprendió doblemente: primero, porque al hombre se lo veía comprometido con su rol de vendedor dentro de una plataforma de comercio electrónico -en este caso, MercadoLibre.com-; y segundo, porque lo hacía en el bondi, sin importar los baches que debió sortear el chofer, y munido de un acceso de banda ancha que le permitió ganar tiempo en la tarea que lo tenía ocupado.
Es la primera vez que advierto una señal tan fuerte sobre cómo las personas van entendiendo el uso de la banda ancha móvil y cómo se van apropiando de ella para resolver cuestiones cotidianas. Los datos sobre el avance de esta tecnología no están muy claros aún porque algunas operadoras se resisten a dar cuenta de esos números. Todo indica que podrían estar superando, con tranquilidad, el millón de accesos. Sin embargo, esa cantidad parece ser aún pequeña sobre un universo de 35 millones de líneas activas. Pero, como me enseñaron hace unos años los editores del diario UNO, cuando un objeto -en este caso, un producto y un servicio- comienza a tener presencia en el colectivo -y en el tren y en el subte, cuando se trata de ciudades más grandes como Buenos Aires- es señal de que la gente lo está conociendo.
En la Argentina, la banda ancha móvil comienza a verse en el colectivo
Publicado por Andrea Catalano
Andrea
a la/s
19.5.10
Etiquetas:
3G,
banda ancha,
comercio electrónico,
inversiones,
MercadoLibre,
móviles,
negocios,
netbooks,
notebooks
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo! Yo también hago la misma medición en transportes publicos (FFCC Roca, FFCC Retiro-Tigre y Subte) para ver por ejemplo qué diarios lee más la gente, y qué equipos móviles predominan. Es una vara bastante precisa!
Respecto de la adopción de la banda ancha móvil a traves de 3G, creo que una barrera en la adopción "masiva" de esa tecnología es que debido a la tasa de transferencia disponible en esos servicios (HSDPA no esta disponible en todo el radio de cobertura) está bien para navegar en teléfonos moviles 3G, donde los paquetes de datos son mas pequeños (sitios optimizados para mobile, con menos imagenes, menos Javscript, sin flash en su gran mayoría, publicidad en banners mas pequeños, etc), pero no así para navegar desde el browser en una netbook.
Yo no estaría tan seguro, he realizado transmisiones de audio y video en vivo desde la explanada de la bliblooteca nacional con notebook y modem 3g con editorial, he incluso puedo usar mi celular como modem WiFi con 1mb de subida y 1mb de bajada... verificado con speedtest
Publicar un comentario