Con el marco del Congreso Mundial de Móviles, Telefónica presentó un dispositivo USB para almacenar datos en internet e incrementar la integridad y seguridad de esa información guardada en la llamada nube web. Se trata, en verdad, de un módem 3G -llamado 3GBox- similar en apariencia a un pendrive pero con la diferencia de que permite almacenar y recuperar rápidamente los contenidos guardados en internet. Es decir, que se le incorpora más valor al módem común y corriente que hoy conocemos para acceder a las redes de tercera generación; y en esa incorporación de valor aparece la necesidad de subir y bajar los datos guardados más rápidamente.
La empresa explicó, a través de un comunicado, que "su capacidad de autoconexión facilita la descarga y subida de contenidos con total facilidad. Su sistema de caché inteligente mejora la experiencia del usuario y sus canales alternativos de acceso (web) posibilitan compartir contenidos". También señaló que "el usuario puede escoger la capacidad de almacenamiento que más le interesa: compartir los contenidos con sus contactos, ver videos subidos a la carpeta en red en streaming o escuchar música, sin tener que descargarse el fichero entero para empezar a reproducirlo".
Lo interesante del tema es que las operadoras comienzan a pensar en nuevas alternativas de valor a la hora de pensar en el servicio que brindan a sus clientes. Ya no se trata sólo de contratar el abono mensual de 3G para navegar más rápido en donde uno quiera munido del dispositivo que posea (netbook, notebook, smartphone o, inclusive, una compu de escritorio) sino que ese servicio dé un valor adicional, no sólo la conexión.
Claro que se trata de una inquietud que comienza a plantearse en los países más avanzados en materia de telecomunicaciones. En otras palabras, las redes de 3G son un hecho más que consumado en Europa: las operadoras están perfectamente interconectadas y nadie pierde ninguna comunicación ni sufre cortes -como sí ocurre en estas latitudes- lo que las obliga a comenzar a diferenciarse de la competencia con otros servicios de valor, en este caso, la posibilidad de almacenar datos y recuperarlos más rápidamente que si uno estuviese demandándolos por medio de una conexión de 3G normal.
El dispositivo fue presentado oficialmente hace un par de días y todo indica que se lo promoverá inicialmente en España y demás países de Europa y, luego, desembarcará en América latina. Por aquí, no parece que hubiera apuro por un dispositivo de estas características. La banda ancha móvil -3G- alcanzaba a unos 750.000 abonados a finales de 2009, según datos de Convergencia Research, contra unos 35 millones de líneas móviles activas. Esto indica que hay mucho para crecer y que, seguramente, será un segmento que avanzará muy agresivamente en estos años. Y, se sabe, cuando un mercado está en crecimiento, primero hay que ganar masa crítica y, luego, fidelizarlos a través del valor. Tal vez por eso, haya que esperar un tiempo antes que el dispositivo llegue a estas latitudes. A menos que la compañía piense que un módem de estas características aliente a nuevos usuarios a sumarse a la banda ancha móvil. Habrá que esperar.
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