El Parque Informático La Punta (PILP) avanza a paso decidido en la provincia de San Luis. Ya son catorce las empresas que han elegido a este lugar para desarrollar software, aplicaciones y servicios informáticos. A empresas emblemáticas como MercadoLibre, Indra y Competir, se sumaron otras de crecimiento constante, como Coradir, Adval (la empresa de contact centers del Grupo Supervielle), Interservices, Intercomgi Argentina, Raona, Softmind Sistemas, Telesoft, Unitech y VIT4B. Y en la última semana anunciaron su desembarco las nacionales Codes y Sols Technologies, que terminarán de ocupar los dos edificios que el PILP posee en la ciudad que se está levantando en torno a la universidad.
¿Qué atrae a las empresas para instalarse en San Luis? En principio, los beneficios que surgen de la ley 448/2004 que otorgar "decuentos en el costo de arrendamiento por cada empleado contratado y proyectos en marcha, además de reintegros al salario. A nosotros no nos interesa ganar con el alquiler del espacio en los edificios sino en generar trabajo. De modo que con este mecanismo, el costo es 0 para las empresas, y al Gobierno le genera valor agregado", explicó a GENERACION A, Cristian Moleker, director del PILP.
Para ingresar al PILP las empresas se someten a un proceso de evaluación y, mientras se avanza en el trámite, se firma un contrato de comodato y cooperación. Hasta que no se obtengan los avales correspondientes, no se accede a los beneficios, aunque el directivo indicó que son trámites que demoran entre 90 y 120 días.
El PILP cuenta hoy con dos edificios, el PILP I y el PILP II. El primero tiene su capacidad al 100 por ciento mientras que el segundo se encuentra ocupado en un 90 por ciento. En esos espacios están trabajando doce empresas que están empleando a unas 240 personas y esperan que ese número se incremente a unas 350 personas hacia fin de año.
"Buscamos a empresas que desarrollen software y que apunten a diversos mercados. En realidad, queremos diversificar el riesgo y no especializarnos en ningún segmento.
Nuestra intención es que sean principalmente pyme que ganen contratos de distinto tipo", amplió Moleker. Es que la crisis financiera internacional impactó fuerte en San Luis y dos de las empresas ubicadas en el PILP que abastecían casi con exclusividad a firmas internacionales recibieron con fuerza el impacto de la caída o postergación de ciertos contratos.
Por eso, ahora impulsan que tengan colocados los huevos en distintas canastas y no todos en una sola.
Más allá de esta situación, el interés por instalarse en San Luis continúa incrementándose.
Tanto es así, que además de Sols Technologies y Codes, hay negociaciones para que otras tres empresas desembarquen en breve, mientras se mantienen conversaciones con otras siete compañías de software. Para ello, será necesario construir un tercer edificio del PILP, sobre el que se avanza en el proceso licitatorio. Moleker indicó que en unos ocho meses se prevé que esté listo el nuevo complejo y que en paralelo se avance con la puesta en marcha de una cuarta edificación.
El directivo agregó que parte de este impulso se debe también a que "está creciendo el número de estudiantes de informática gracias a otras iniciativas que se dan en paralelo en San Luis, como el desarrollo del ajedrez y las competencias de gaming", entre otras movidas que alientan el estudio de carreras técnicas. A medida que hay más estudiantes con este perfil, es posible asegurar a las compañías la disponibilidad de recursos humanos para acompañar sus estrategias de crecimiento.
"Buscamos empresas en crecimiento porque nos estamos convirtiendo en un polo de atracción de recursos humanos. La ventaja del Parque es que se controla la oferta y la demanda de los empleados porque manejamos información concreta sore la situación del mercado", concluyó Moleker.
A medida que más jóvenes se vuelvan a este tipo de carreras, crece la base de recursos humanos, pero como aún no hay experiencia en el liderazgo de proyectos, esos perfiles deben buscarse en las provincias de los alrededores. Los profesionales informáticos de provincias como Mendoza y Córdoba son cada vez más requeridos cuando las empresas instaladas en el PILP encaran nuevos proyectos. Y en Mendoza esto ya encendió el alerta en la industria local (ampliaremos en unos días).
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