Eurnekian compró la Bodega del Fin del Mundo

Eduardo Eurnekián, dueño de Aeropuertos Argentina 2000, y de tantos otros negocios asociados al mundo aerocomercial, anque de otros sectores como el de biocombustibles, cerró trato para quedarse con la Bodega del Fin del Mundo, del empresario Julio Viola.

Según pudo saber GENERACION A, la noticia será revelada en forma oficial mañana martes (21 de abril), y en ese acto se darán los pormenores de la operación. Lo cierto es que, con esta transacción, el empresario sumará otra firma más a su amplio portafolio de compañías.

Eurnekián tiene muy buenas relaciones con el Gobierno de Neuquén, de donde es la Bodega del Fin del Mundo, pionera de la vitivinicultura en esa provincia. El establecimiento vitivinícola, fundado en 1996, tiene capacidad para producir 8 millones de litros por año. La bodega se puso en marcha como parte de una estrategia de la administración provincial para diversificar la economía y no depender sólo de las regalías por hidrocarburos. Una línea de créditos blanda fue la que permitió que tanto ésta como otras bodegas neuquinas, como NQN, Familia Schroeder, Familia Grittini, y Añelo, pudieran arrancar en las localidades de San Patricio del Chañar y Añelo.

Además de los aeropuertos de Neuquén, Carrasco, Punta del Este, Guayaquil y Zvartnots, en la capital de Armenia, el empresario maneja los negocios del transporte de cargas y combustibles en varios de estos aeropuertos, además del negocio de los free shops, como Duty Free y Shop Gallery. También es propietario de Unitec Agro, orientada hacia el desarrollo de biocombustibles, y la concesionaria Caminos de América, firma con la que encara obras de infraestructura pública.

ACTUALIZACIÓN: La inversión de Eurnekián fue de U$s50 millones por la mitad de la bodega, según anunciaron las dos empresas involucradas a través de un comunicado. Se trata de un montón de dinero teniendo en cuenta que este volumen representa casi un 7% del total de exportaciones de vinos que, se prevé, se concreten este año. 

El dinero servirá para explotar el negocio del ecoturismo e incrementar las exportaciones. En la bodega hay un plan para construir hoteles en especies de miradores que dan a puntos estratégicos de los viñedos, desde donde se pueden disfrutar los paisajes vitivinícolas prácticamente sin límites. A esto se sumará el asesoramiento de Michel Rolland, el enólogo francés más marquetinero de estos tiempos en la industria. Seguramente ayudará a posicionar más a las marcas de la bodega, como Newen, y Postales, además de Bodega del Fin del Mundo.

Muy lindo que haya inversiones. Pero, igual, me parece mucho dinero. Demasiado.