La Cámara de Empresas de Internet (CABASE) advirtió, durante las audiencias que se están realizando en el marco de la ley de servicios de comunicación audiovisual -o ley de medios- que reducir el debate al ingreso de Telefónica y Telecom es negar la existencia de otras operadoras de telecomunicaciones que no son ni Telefónica ni Telecom pero que han realizado inversiones en el país y atienden segmentos de la población a los que no llegan las grandes empresas. "Una oposición al ingreso de las telefónicas al mercado de la TV por cable puede ser válida para el caso de las empresas Telefónica de Argentina y Telecom Argentina, pero no para el resto de las empresas licenciatarias de servicios de telecomunicaciones", explicó la Cámara durante una de las audiencias.
Y es así. Cuando se desreguló el mercado de telecomunicaciones en el año 2000, varias empresas invirtieron y desplegaron infraestructura de red en diversos territorios, si bien algunas se concentraron en la zona de la Capital y GBA. iPlan, Telmex, SkyOnline, Global Crossing, la ex Comsat (hoy British Telecom), Sion y hasta Metrotel forman parte de ese grupo de empresas que prestan servicios de telecomunicaciones de diverso tipo, desde banda ancha hasta soluciones de valor agregado. Y en todos los casos lo han hecho con suficiente eficiente como para defender al negocio durante la crisis del 2001/02, la posterior consolidación del mercado y la actual crisis internacional. Tal como lo expresó la colega y amiga Andrea Delfino hoy en su blog.
La cámara alertó que si bien las grandes empresas están inhibidas desde su constitución para prestar servicios de radiodifusión esa restricción no corre para el resto de las compañías. La razón de esa prohibición radica en "la situación monopólica que se les garantizó por la compra de los bienes de la antigua empresa estatal de telecomunicaciones (ENTel)", indicó. Situación que continúa extendiéndose en varias zonas del país en la actualidad.
El resto de las empresas que no son Telefónica y Telecom no tienen esa prohibición debido a que cuando se instituyeron no gozaron de ninguno de esos beneficios, básicamente, de tener un mercado residencial cautivo y por ende una renta garantizada.
"Por el contrario -aseguró la CABASE- las entrantes sufrieron la presión ejercida por las monopólicas al aplicarles fuertes condiciones para contratar servicios e interconexión. Pero aún así y por la aplicación de conceptos innovadores en la gestión operativa y por las importantes inversiones realizadas en la tecnología aplicada a sus redes, estas nuevas empresas competitivas lograron mejorar de manera considerable la calidad de prestación de los servicios de telecomunicaciones en el país e, incluso, hacerlo a precios menores a los que vendían sus servicios las monopólicas". Y por ello, insistieron en que no se debe meter a todas las operadoras de telecomunicaciones en la misma bolsa. Es así: una cosa son Telefónica y Telecom, y otra muy distintas las llamadas entrantes. Las primeras generan una facturación conjunta de unos $17.000 millones mientras que las segundas apenas si rozan el 2%, es decir, unos $350 millones con suerte, de acuerdo a datos de la cámara.
Aún así, insistieron en que crearon una infraestructura de tal nivel que están en condiciones de ofrecer el servicio de triple play (internet, telefonía y televisión) a precios competitivos. Y por esa razón, se preguntan por qué impedir a estas empresas, no monopólicas, brindar este tipo de prestaciones.
La Cámara subrayó que este grupo de empresas "nunca llegará a superar el 35% de los usuarios del país, por cuestiones tecnológicas y de derecho. Y sus clientes se verán beneficiados con una oferta de servicios de calidad y a precios menores a los que accederían contratándolos por separado".
Y aquí advierten que "lo que no debe permitirse es el séxtuple play". Argumentan, en ese marco, que Telefónica y Telecom podrían dar una oferta que combine telefonía fija más banda ancha más televisión por cable más telefonía móvil más internet móvil más radiodifusión móvil, propuesta considerada como "anticompetitiva" por la cámara. "Si se permitiera el ingreso de las empresas monopólicas de telefonía fija y/o móvil al mercado de los servicios de radiodifusión, abiertos o complementarios, entonces allí la Argentina perdería toda posibilidad de un mercado de radiodifusión competitiva y con una oferta pluralista", enfatizaron.
Por eso insistieron en que las empresas de telecomunicaciones entrantes, no monopólicas, podrían ser autorizadas a brindar servicios de televisión sin el riesgo de crear situaciones de posición dominante. Por el contrario, destacaron que la mayor competencia será beneficiosa para el sector.
La postura es absolutamente legítima y real. Ojalá hayan legisladores que, sin importar el color político que los identifique en la actualidad -porque algunos son un poroto al lado de los camaleones-, sean concientes de su rol como representantes del pueblo, y entiendan que un mercado más abierto, con regulaciones estrictas, vigiladas por un organismo técnico es la mejor solución para un país que necesita apoyarse en las tecnologías de la información y las comunicaciones para continuar desarrollándose.
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