¿Habrá nueva ley de radiodifusión este año?

¿O habrá que esperar hasta el año que viene?
Después de la crisis del campo-Gobierno y un informe de la UBA en el que afirmaba que los medios de comunicación habían tenido una visión pro-campo volvió a surgir el tema vinculado con la necesidad de tener una nueva ley de radiodifusión. Pero ¿hay algo en marcha o sólo fue un rumor coyuntural como tantos otros?
Por ahora, pareciera que es todo una versión del momento y que el tema quedará para el año próximo. ¿Por qué? Porque las cosas que debían suceder para que esto avanzara están a mitad de camino, a saber:
*El año pasado, el ahora ex diputado por el Frente para la Victoria de Río Negro, Osvaldo Nemirovsci, señaló que se debía avanzar en una nueva ley de radiodifusión y, de hecho, desde la Comisión de Comunicaciones e Informática se avanzó en ese sentido. En declaraciones a la Agencia Periodística Patagónica (APP) de noticias, el ex legislador había señalado que la actual ley, proveniente de la época de la dictadura, debía ser superada por una nueva que contemplara los cambios tecnológicos sucedidos en los últimos 20 años. “En estos 20 años hubo muchas innovaciones en el campo de la comunicación, como ser los satélites, la digitalización, la alta definición, el cable, Internet, monopolios, y eso hay que agregarlo en la legislación”, apuntó.
También señaló que otro problema a tratar en la nueva normativa es el de los contenidos, las producciones nacionales, el tiempo de explotación de las licencias, la democratización y diversificación del espectro radioeléctrico y la concentración de medios. En este último punto indicó que la concentración de muchos medios en manos de una sola empresa debiera tener "límites mediante la audiencia potencial o el uso de licencias”. Se refirió a la situación de la televisión y al mercado de las cableras en particular sobre el que dijo que “no puede ser que una sola empresa maneje el cable de millones de argentinos”, en directa alusión a Cablevisión/Multicanal, del Grupo Clarín. “Todo lo que entra a la casa de uno mediante expresiones de comunicación, entretenimiento, información, educación, no puede dejar de estar regulado por el Estado, porque esto no es el papá que regresa a la noche con un paquete de churros y solamente controló bromatología si estaban buenos o malos. El papá vuelve y prende la televisión y entran 70 canales de cable, 5 canales de aire y cientos de frecuencias, por lo que tenemos que controlar la vinculación de la sociedad con los medios de comunicación”, enfatizó en aquella oportunidad a la agencia APP.
* La prédica le auguraba un buen lugar en torno al poder presidencial, con Néstor y Cristina sucesivamente. Al menos eso le habían prometido las más altas esferas oficiales.
* Nemirovsci quería (y quiere aún) ser Secretario de Comunicaciones. Era lo que había pedido, incluyendo para sí el manejo del Comfer, y lo que aparentemente le habían prometido. Era tan concienzudo en la búsqueda de su objetivo que, para no dejar lugar a dudas de lo bien que le quedaría ese cargo, abrió su propio blog.
* Pero con el cambio de Gobierno, varias secretarías se acomodaron, excepto la de Comunicaciones que siguió igual, silenciosa, aunque hay que admitir que los que siempre hablan en esa área son los ascensores. Ah, y a veces, cuando lo dejan, Ceferino, que es un santo.
* Al Comfer lo cambiaron de área pero no depende de la Secretaría de Comunicaciones sino de la Jefatura de Gabinete, de Alberto Fernández. Es decir, se cumplió su pedido ... a medias.
* Como no van a haber cambios en el corto plazo en esta secretaría (la promesa se quedó en eso), a Nemirovsci lo mandaron a ocupar una silla del directorio por parte del Gobierno en Aeropuertos. Y parece que el hombre está un poco decepcionado, porque el blog no se actualiza desde noviembre del 2007.


Es decir, todo indica que en el corto plazo nada va a pasar con la esperada y necesaria nueva ley de radiodifusión. Todo indica que tal vez pueda suceder algo a partir del año próximo cuando, quizás, sí haya un cambio en la Secretaría de Comunicaciones y Nemirovsci asuma el cargo al que tanto aspira.