Las terminales POS (Point over sale, o terminal para punto de venta) se popularizaron entre los argentinos cuando, siete años atrás, antes de la imposición del "corralito" -producto de exportación en el marco de la crisis financiera internacional actual- tuvimos que acostumbrarnos a utilizar la tarjeta de débito para realizar nuestras compras.
Con el tiempo esos dispositivos fueron evolucionando y en el último año comenzaron a valerse de la tecnología celular, desde la GSM en adelante, para dejar de ser un equipo fijo en un rincón del negocio y pasar a ser móvil, a acompañar la venta donde quiera que se concrete. Si bien el uso de POS portátiles no está muy extendido aún en la Argentina, aquellos que ya lo utilizan aseguran que se trata de una tecnología que les permite fidelizar a los clientes (absolutamente nece
sario en tiempos de crisis) y expandir el negocio en la medida en que la nueva tecnología se va ampliando.
A continuación se copia una nota de mi autoría que se publicó en la edición de octubre de 2008 del suplemento TEC de la revista Clarín Pymes, en la que si bien se pone el foco en el uso de impresoras portátiles para puntos de venta, también se alude a las POS inalámbricas. En próximas entregas se darán otros ejemplos de estos usos en el ámbito comercial.
Para elevar la productividad
Aunque el mundo es cada vez más digital el soporte de papel sigue siendo fundamental en infinidad de transacciones. Ir a un negocio o un restaurante y pagar con tarjeta de crédito exige el comprobante de papel, empaquetar productos y derivarlos al circuito logístico implica imprimir una serie de etiquetas necesarias para garantizar envíos y calidad, ingresar a un espectáculo, un congreso o una exposición también requiere una entrada o una acreditación … de papel.
Y llevar esos mínimos pero fundamentales datos al papel puede ser una tarea que demande mucho o poco tiempo, según las soluciones tecnológicas con que cuente cada empresa. Lo bueno es que hay cada vez más herramientas que ayudan a agilizar este proceso y a incrementar la productividad y las ventas de una pyme.
En el restaurante El Mirasol de la Recova el pago con tarjeta de crédito es tan común como hacerlo con efectivo. Pero desde hace unos seis meses, los clientes pueden abonar con el plástico en la mesa, sin tener que esperar a que el mozo le lleve su tarjeta hasta la caja y vuelva. Lo mismo sucede con quienes piden envío de empanadas a domicilio: pueden pagar gracias a una terminal POS (punto de venta, su traducción del inglés) inalámbrica que se conecta a una base por medio de la tecnología GSM, la misma de los teléfonos celulares.
“Es una tecnología mucho más práctica, que permite sacar los POS a la calle, especialmente cuando hacemos delivery porque se toman los datos con el terminal en la casa del cliente en el mismo momento en que pasó la tarje
En el restaurante El Mirasol de la Recova el pago con tarjeta de crédito es tan común como hacerlo con efectivo. Pero desde hace unos seis meses, los clientes pueden abonar con el plástico en la mesa, sin tener que esperar a que el mozo le lleve su tarjeta hasta la caja y vuelva. Lo mismo sucede con quienes piden envío de empanadas a domicilio: pueden pagar gracias a una terminal POS (punto de venta, su traducción del inglés) inalámbrica que se conecta a una base por medio de la tecnología GSM, la misma de los teléfonos celulares.
“Es una tecnología mucho más práctica, que permite sacar los POS a la calle, especialmente cuando hacemos delivery porque se toman los datos con el terminal en la casa del cliente en el mismo momento en que pasó la tarje
ta”, contó a Clarín Pymes una de las encargadas del local de Retiro.
El terminal no tiene base. Está configurado especialmente para este comercio por parte de American Express, la compañía que proveyó la solución al restaurante. “Al principio no nos animábamos a utilizarlo, pero probamos, lo sacamos a la calle y vimos los buenos resultados porque la señal no se corta y la transacción es mucho más rápida”, añadió la responsable del restaurante. En tiempos en que los bares y locales de comidas, por diversas razones, disponen de más espacio al aire libre, esta opción inalámbrica de pago con tarjeta de crédito resulta estratégica para acelerar ese proceso en la misma mesa. Y si ese trámite se agiliza, también la rotación de los visitantes.
El Mirasol de la Recova ya cuenta con cuatro terminales POS inalámbricas, que permiten manejar el local tanto a nivel interno como externo. Amén de que los cobros se realizan más rápidamente, la encargada admitió que, si bien sumar más opciones de pago impacta positivamente en las ventas, la incorporación de esta solución fidelizó mucho más a los clientes. Y, se sabe, en tiempos de fuerte competencia, aquellos que aprenden a tener clientes fieles terminarán creando un negocio más sólido.
Sin error
Con un concepto de negocio totalmente diferente, Citrus Vil, una empaquetadora tucumana de frutas frescas, recurrió a impresoras térmicas para agilizar los procesos de etiquetado en el embalado y paletizado de las cajas en que se almacenan los productos.
“Luego de la cosecha, los productos ingresan en su etapa de despacho, que comienza por el embalado y termina cuando se guardan en pallets (cajas). Ambos procesos deben identificarse en forma individual para la trazabilidad (el seguimiento histórico del producto, su ubicación, trayectoria y lote durante la cadena de valor). En épocas altas, llegan a haber entre 300 y 400 pallets y cada uno de ellos debe llevar una etiqueta, que es única”, explicó Esteban Cruz, analista funcional de Citrus Vil. Ese rótulo obligaba a que una persona tomara los datos, los enviara en forma inalámbrica hasta un área de impresión, lo buscara y volviera a la zona de los pallets pare pegarlo. El problema es que, mientras se iba hasta la impresora, esas cajas podían ser movidas, de modo que, al regresar, había que ponerse a buscar los bultos otra vez. Esta situación daba lugar a muchos errores, que se ponía de manifiesto en la trazabilidad, y pérdida de tiempo.
Pensaron en disminuir ese margen de error a través del uso de impresoras portátiles. Hicieron una prueba piloto con dos equipos de la serie QL de Zebra que sirven, justamente, para imprimir etiquetas en bordes de estantes, rótulos de precios y recibos, entre otras cosas. “Esas impresoras fueron una gran solución porque se puede imprimir y pegar in situ la etiqueta, sin tener que desplazarse. Disminuimos el margen de error y elevamos la productividad porque todo se hace de una manera mucho más sencilla y rápida”, apuntó Cruz.
Citrus Vil trabaja con estas pequeñas máquinas, que los empleados cuelgan del pantalón, desde hace dos años. Después de la prueba piloto, la firma –que tiene un plantel de 350 trabajadores- incorporó dos máquinas más para ampliar el uso y los beneficios y, actualmente, están en proceso de adquirir otros tres equipos para llevar la solución al grueso de la empresa. En principio, extendieron su uso al área de embalado, previo al paletizado. Cada vez que se llena una caja con determinada fruta se la identifica con una serie de datos que explican qué hay allí dentro. Ese rótulo es, más tarde, leído en la zona de pallets, donde surge una nueva etiqueta. En definitiva, cada caja de fruta fresca lleva tres rótulos y estas impresoras ayudaron a agilizar el proceso de etiquetado: de cuatro a cinco personas por turno se ocupan de esta actividad con mayor eficiencia que lo que sucedía hace unos años.
De la línea Zebra fueron también las impresoras que se usaron en el área de acreditaciones de la última Feria del Libro. Como siempre suele suceder en una exposición o congreso, muchos de los que se inscriben previamente no suelen asistir y los organizadores deben asumir el costo de haber preparado esas tarjetas de ingreso, básicamente papel, plastificado y soporte para colgar que terminarán en el tacho de la basura. Para evitar ese inconveniente, que para una pyme suele ser un costo importante, los responsables de esa tarea recurrieron también a impresoras portátiles que imprimían, en pocos segundos, la tarjeta de ingreso cuando el preinscripto se presentaba directamente en el mostrador. Así, produjeron fuertes ahorros y fueron más eficientes.
La cantidad de modelos de impresoras portátiles inalámbricas disponibles en la Argentina es bastante amplia. Hay equipos para imprimir entradas, tickets, recibos, etiquetas de precios y cupones. También para rótulos de sobreprecios, acreditaciones, identificaciones. Los usos son múltiples y se adaptan a los requerimientos de cada pyme en particular. Porque, a pesar de que el mundo es cada vez más digital, hay estándares internacionales que exigen el soporte de papel para que los productos lleguen más fácilmente a los consumidores finales, el secreto para llevar adelante una empresa sólida.
Los precios
Cuando la impresión de tickets de compra en un comercio, bar o restaurante está asociado a un POS y al uso de la tarjeta de crédito y/o débito, las mismas empresas de la industria, como VISA (terminales LaPos) y American Express (terminal POS Amex), suelen dar esos equipos a sus clientes en comodato. Es decir, que no implicaría un gasto adicional para quien tiene el servicio de pago electrónico en su comercio.
Cuando se trata de impresoras portátiles inalámbricas la variación de precios es amplia, especialmente porque en este segmento hay competencia de marcas. Además de Zebra, otras compañías que compiten en este mercado son Bematech, SATO, Extech, y Brother. Los precios oscilan entre los u$s250 y los u$s1.500, de acuerdo al modelo y la marca.
Cómo funcionan los POS sin cables
Hay dos tipos, los terminales inalámbricos y los terminales móviles. Los primeros, tienen un radio de acción de 50 a 70 metros. Son similares al teléfono inalámbrico hogareño, por ende, más allá de ese radio pierden la señal y se quedan sin cobertura. Los segundos, en tanto, son equipos que cuentan con un chip en su interior que emite una señal GSM/GPRS que permite obtener señal celular para su operación. Por eso su radio de acción es más amplio pues se conectan a cada celda de telefonía móvil existente en su recorrido. Son ideales para solucionar operaciones a distancia o donde las comunicaciones telefónicas regulares son de difícil acceso.
El terminal no tiene base. Está configurado especialmente para este comercio por parte de American Express, la compañía que proveyó la solución al restaurante. “Al principio no nos animábamos a utilizarlo, pero probamos, lo sacamos a la calle y vimos los buenos resultados porque la señal no se corta y la transacción es mucho más rápida”, añadió la responsable del restaurante. En tiempos en que los bares y locales de comidas, por diversas razones, disponen de más espacio al aire libre, esta opción inalámbrica de pago con tarjeta de crédito resulta estratégica para acelerar ese proceso en la misma mesa. Y si ese trámite se agiliza, también la rotación de los visitantes.
El Mirasol de la Recova ya cuenta con cuatro terminales POS inalámbricas, que permiten manejar el local tanto a nivel interno como externo. Amén de que los cobros se realizan más rápidamente, la encargada admitió que, si bien sumar más opciones de pago impacta positivamente en las ventas, la incorporación de esta solución fidelizó mucho más a los clientes. Y, se sabe, en tiempos de fuerte competencia, aquellos que aprenden a tener clientes fieles terminarán creando un negocio más sólido.
Sin error
Con un concepto de negocio totalmente diferente, Citrus Vil, una empaquetadora tucumana de frutas frescas, recurrió a impresoras térmicas para agilizar los procesos de etiquetado en el embalado y paletizado de las cajas en que se almacenan los productos.
“Luego de la cosecha, los productos ingresan en su etapa de despacho, que comienza por el embalado y termina cuando se guardan en pallets (cajas). Ambos procesos deben identificarse en forma individual para la trazabilidad (el seguimiento histórico del producto, su ubicación, trayectoria y lote durante la cadena de valor). En épocas altas, llegan a haber entre 300 y 400 pallets y cada uno de ellos debe llevar una etiqueta, que es única”, explicó Esteban Cruz, analista funcional de Citrus Vil. Ese rótulo obligaba a que una persona tomara los datos, los enviara en forma inalámbrica hasta un área de impresión, lo buscara y volviera a la zona de los pallets pare pegarlo. El problema es que, mientras se iba hasta la impresora, esas cajas podían ser movidas, de modo que, al regresar, había que ponerse a buscar los bultos otra vez. Esta situación daba lugar a muchos errores, que se ponía de manifiesto en la trazabilidad, y pérdida de tiempo.
Pensaron en disminuir ese margen de error a través del uso de impresoras portátiles. Hicieron una prueba piloto con dos equipos de la serie QL de Zebra que sirven, justamente, para imprimir etiquetas en bordes de estantes, rótulos de precios y recibos, entre otras cosas. “Esas impresoras fueron una gran solución porque se puede imprimir y pegar in situ la etiqueta, sin tener que desplazarse. Disminuimos el margen de error y elevamos la productividad porque todo se hace de una manera mucho más sencilla y rápida”, apuntó Cruz.
Citrus Vil trabaja con estas pequeñas máquinas, que los empleados cuelgan del pantalón, desde hace dos años. Después de la prueba piloto, la firma –que tiene un plantel de 350 trabajadores- incorporó dos máquinas más para ampliar el uso y los beneficios y, actualmente, están en proceso de adquirir otros tres equipos para llevar la solución al grueso de la empresa. En principio, extendieron su uso al área de embalado, previo al paletizado. Cada vez que se llena una caja con determinada fruta se la identifica con una serie de datos que explican qué hay allí dentro. Ese rótulo es, más tarde, leído en la zona de pallets, donde surge una nueva etiqueta. En definitiva, cada caja de fruta fresca lleva tres rótulos y estas impresoras ayudaron a agilizar el proceso de etiquetado: de cuatro a cinco personas por turno se ocupan de esta actividad con mayor eficiencia que lo que sucedía hace unos años.
De la línea Zebra fueron también las impresoras que se usaron en el área de acreditaciones de la última Feria del Libro. Como siempre suele suceder en una exposición o congreso, muchos de los que se inscriben previamente no suelen asistir y los organizadores deben asumir el costo de haber preparado esas tarjetas de ingreso, básicamente papel, plastificado y soporte para colgar que terminarán en el tacho de la basura. Para evitar ese inconveniente, que para una pyme suele ser un costo importante, los responsables de esa tarea recurrieron también a impresoras portátiles que imprimían, en pocos segundos, la tarjeta de ingreso cuando el preinscripto se presentaba directamente en el mostrador. Así, produjeron fuertes ahorros y fueron más eficientes.
La cantidad de modelos de impresoras portátiles inalámbricas disponibles en la Argentina es bastante amplia. Hay equipos para imprimir entradas, tickets, recibos, etiquetas de precios y cupones. También para rótulos de sobreprecios, acreditaciones, identificaciones. Los usos son múltiples y se adaptan a los requerimientos de cada pyme en particular. Porque, a pesar de que el mundo es cada vez más digital, hay estándares internacionales que exigen el soporte de papel para que los productos lleguen más fácilmente a los consumidores finales, el secreto para llevar adelante una empresa sólida.
Los precios
Cuando la impresión de tickets de compra en un comercio, bar o restaurante está asociado a un POS y al uso de la tarjeta de crédito y/o débito, las mismas empresas de la industria, como VISA (terminales LaPos) y American Express (terminal POS Amex), suelen dar esos equipos a sus clientes en comodato. Es decir, que no implicaría un gasto adicional para quien tiene el servicio de pago electrónico en su comercio.
Cuando se trata de impresoras portátiles inalámbricas la variación de precios es amplia, especialmente porque en este segmento hay competencia de marcas. Además de Zebra, otras compañías que compiten en este mercado son Bematech, SATO, Extech, y Brother. Los precios oscilan entre los u$s250 y los u$s1.500, de acuerdo al modelo y la marca.
Cómo funcionan los POS sin cables
Hay dos tipos, los terminales inalámbricos y los terminales móviles. Los primeros, tienen un radio de acción de 50 a 70 metros. Son similares al teléfono inalámbrico hogareño, por ende, más allá de ese radio pierden la señal y se quedan sin cobertura. Los segundos, en tanto, son equipos que cuentan con un chip en su interior que emite una señal GSM/GPRS que permite obtener señal celular para su operación. Por eso su radio de acción es más amplio pues se conectan a cada celda de telefonía móvil existente en su recorrido. Son ideales para solucionar operaciones a distancia o donde las comunicaciones telefónicas regulares son de difícil acceso.
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