Si el problema se judicializa hay más chances de conseguir los objetivos. Es lo que parecen pensar muchas empresas que mantienen conflictos o bien con sus socios o bien con el Gobierno, tales los casos de Telecom Italia y del Grupo Clarín. En este artículo que se publicó en el último número de la revista Fortuna, se detallan estos dos casos: el del camino de la Justicia para poder defender los intereses, más allá de que sean legítimos o no. La nota también explica parte de la situación que en esta última semana se dio entre el Gobierno y Fibertel cuando la Secom le otorgó numeración geográfica para dar telefonía.
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