La tecnología inalámbrica WiMax, que permite que se cubran amplios radios geográficos con servicios de telecomunicaciones fijos de manera inalámbrica, avanza decididamente en la región. Y si bien en la Argentina tenemos algún ejemplo sobre sus aplicaciones, el asunto no ha avanzado demasiado. Empezando por el hecho de que la adquisición de Ertach, la primera empresa que desplegó en la región una red basada en esta tecnología, por parte de Telmex aún no ha logrado la aprobación final de parte de las autoridades judiciales locales.
La misma Telmex es la responsable, ahora, de que se amplíe la cobertura de los servicios de telecomunicaciones inalámbricos en doce ciudades muy importantes de Brasil, como Río de Janeiro, Curitiba, San Pablo, Salvador, y Recife, entre otros. Se trata de un área de cobertura que alcanza a 5 millones de potenciales clientes. Gracias a estas redes las pequeñas y medianas empresas asentadas en ese lugar van a poder recibir estas prestaciones. Claro, lo hará a través de Embratel, que es la operadora del conglomerado de Carlos Slim en esas tierras.
Para la compañía es una manera de ampliar el Servicio Universal, es decir, la posibilidad de llevar las telecomunicaciones a zonas menos pobladas y, por ende, menos rentables. La empresa hará su negocio, lógico. Pero también lleva un servicio que, de otro modo, no ha llegado hasta ahora.
Más allá de este proyecto, Telmex ya puso en marcha el año pasado otra red WiMax en Chile, con la que cubre el 91% de ese territorio, incluyendo la Isla de Pascua. Y quienes viven en ese país al menos tienen esta opción para acceder a los servicios de telecomunicaciones, independientemente del trabajo que realicen las incumbentes.
Y mientras todo esto sucede en los países vecinos, en la Argentina se sigue esperando que la Justicia se pronuncie sobre la compra que, hace ya dos años, hizo Telmex sobre Ertach. Es cierto que Ertach es una empresa proveniente del Grupo Soldatti, básicamente de Sociedad Comercial del Plata, y es conocido el descalabro financiero que Soldatti dejó en varias organizaciones. Pero más allá de este aspecto, si la Justicia diera su veredicto final sobre la transacción (que de buenas a primeras no muestra indicios de que presente problemas esta compra) el camino de WiMax en la Argentina encontraría un nuevo impulso. Y si así fuera más poblaciones y ciudades del país se beneficiarían con la presencia de un nuevo prestador, lo que se traduciría en más competencia y más opciones de elección (y precios) para los consumidores. Amén de las inversiones asociadas que esto traería aparejado.
Pero bueno, en la Argentina las cuestiones vinculadas con las comunicaciones se mueven en silencios tan profundos que ni el ringtone más barrullero parece tener chances de romper.
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